Una decena de vascas y vascos viaja este verano a Campos de Solidaridad de SETEM. Los destinos son Santiago de Sacatepéquez (Guatemala), Suchitoto, San Sebastián y Alegría (El Salvador). Allí, compartirán vivencias y conocerán realidades de otras comunidades.
Los Campos de Solidaridad buscan promover el encuentro y el acercamiento con países de Centroamérica y sus gentes, huyendo siempre de la perspectiva de ayudar o colaborar. Se trata, más bien, de sensibilizar a las personas que viajan allí, de dar a conocer otras experiencias, de ofrecer la oportunidad de observar otras formas de vida, trabajo, convivencia y consumo. Todo ello, con la finalidad de romper mitos y estereotipos, y de poner a su alcance herramientas y alternativas al modelo capitalista neoliberal que impera en el Norte global.
Una vez allí, las personas que participan son recibidas y acompañadas por representantes de ONGD con las que SETEM coopera y trabaja en red. Con ellas compartimos estrategias de trabajo, como la defensa de los derechos laborales, la apuesta por la agroecología y producción local sostenible, el comercio justo o el empoderamiento de mujeres organizadas. Por ello, quienes participan en esta iniciativa tendrán la oportunidad de conocer “in situ” sindicatos agrarios, cooperativas de mujeres o asociaciones que defienden los derechos de los pueblos indígenas, entre otros muchos proyectos.
SETEM recupera los campos de solidaridad tras dos años de parón obligado por las restricciones sanitarias. Hasta entonces esta iniciativa había tenido lugar todos los veranos desde 1992. En esta ocasión viajarán 10 personas procedentes de distintos puntos de la geografía vasca, tras un proceso de preparación iniciado en febrero. Vivirán un mes de esta experiencia que SETEM ofrece a través de su programa formativo Factoría de Valores.
¿Y a la vuelta de los campos de solidaridad, qué?
Ya en el mes de septiembre, todas las personas recién llegadas participarán en la jornada “¿Y ahora qué?”. Se trata de un encuentro en el que se compartirán las experiencias vividas y se extraerán conclusiones. También se darán a conocer las experiencias alternativas de acción local y el mundo asociativo vasco. Y es que el objetivo de esta experiencia de voluntariado no solo consiste en conocer otras realidades. Es, sobre todo, sembrar semillas para la transformación en el entorno más cercano, desde lo cotidiano a lo global.
