Amazon es la corporación más poderosa del mundo y su CEO Jeff Bezos el hombre más rico del planeta. Este poder y riqueza dependen completamente del trabajo de cientos de miles de personas trabajadoras en todo el mundo: las que fabrican el producto que compras, lo empaquetan y lo entregan en la puerta de tu casa.
Son estas personas, y no Bezos, quienes sostienen el emporio de Amazon. A cambio, sufren abusos y explotación laboral sistemática. Bezos viola su privacidad y dignidad, haciéndolas trabajar en lugares inseguros diseñados para sacarles la mayor cantidad de trabajo por el menor dinero posible. Esta situación tiene que acabar.
Las trabajadoras y trabajadores que hacen a Amazon generar beneficios millonarios se están levantando para reclamar sus derechos. Las trabajadoras de las fábricas de ropa, desde Bangladesh hasta Camboya, exigen que Amazon respete su derecho a organizarse y les pague las millonarias indemnizaciones que les debe.
Quienes trabajan en los almacenes, desde Alabama hasta Australia, exigen que Amazon ponga fin a sus tácticas antisindicales y deje de tratarlos como robots.
Las repartidoras y repartidores, de la India a Italia, exigen que Amazon les garantice turnos regulares y un salario decente.
En toda su cadena de suministro, Amazon se niega a dar a sus trabajadoras el respeto y los salarios que merecen. Las personas productoras, distribuidoras y repartidoras de Amazon le están diciendo a Jeff Bezos alto y claro: #PagaAtusTrabajadoras #PayYourWorkers
Visita act.makeamazonpay.com/allworkers, firma nuestra petición y ¡únete al movimiento para #HacerqueAmazonPague #MakeAmazonPay a todas las personas trabajadoras!
