El pasado 6 de julio visitó Vitoria-Gasteiz Marla Gutiérrez, compañera de la organización mexicana K’inal Antsetik, organización con la que SETEM desarrolla proyectos de cooperación internacional y comparte redes. Junto a ella realizamos un encuentro en el que presentó el nuevo documental creado desde K’inal Antsetik, Saberes, y mantuvimos una conversación acerca de la temática de aborda: la sabiduría y las prácticas de las mujeres indígenas relacionadas con la tierra y los territorios.
El documental completo estará pronto disponible en el canal de Youtube de K’inal Antsetik, donde ya hay disponibles varias píldoras con testimonios de las mujeres entrevistadas. Mujeres de los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca que pretenden mantener y transmitir costumbres, rituales y saberes ancestrales.
“Se iba a celebrar un encuentro presencial con todas las mujeres, para acercarlas y reflexionar conjuntamente. Por la situación del covid este encuentro no se pudo celebrar y de ahí surgió la idea de crear el documental. Fuimos a las diferentes comunidades para grabar estos saberes”, explicó Marla en su visita.
K’inal Antsetik trabaja desde su nacimiento en 1991 con cooperativas, colectivos y grupos de mujeres indígenas, y desde SETEM, gracias a la financiación de la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo (AVCD), trabajamos junto a esta organización para potenciar la autonomía económica y política de pueblos indígenas mexicanos a través de la construcción holística de los territorios desde la visión de las mujeres indígenas y campesinas.
“Una de las escenas finales del documental tiene lugar en el volcán Chichonal, 40 años después de su erupción. Varias protagonistas son personas que se vieron obligadas a desplazarse por aquella erupción, que provocó una de los primeros movimientos forzados por cuestiones naturales en Chiapas, y que cambió la vida de mucha gente: idiomas, formas de vestir o la manera de sembrar y trabajar la tierra”, explica Marla.
Este trabajo muestra parte de la enorme diversidad cultural de los pueblos mexicanos. Solo en la película las protagonistas se expresan en ocho idiomas distintos. “Las costumbres cambian mucho de una comunidad a otra. Es algo que tiene mucho que ver con el clima”. Y pese a ello, la protagonista explicaba que, aunque no se pudo realizar el encuentro presencial, “a las mujeres al ver el documental les gusta ver que comparten situación con distintas comunidades, y que comparten saberes. Algunas son abuelitas, otras son mamás. Es un encuentro intergeneracional también”.
Forma de vida ancestral
Los testimonios presentes “son las últimas voces que están quedando de la forma de vida ancestral. Todas esas mujeres son unas grandes luchadoras. Algunas de ellas son defensoras de los Derechos Humanos y protectoras del territorio, y por ello están perseguidas y deben contar con protección”. Una de sus luchas, que resultará común también a quien lea este reportaje desde Euskadi, es la del acceso a la tierra. En el caso del documental, la ley no les reconoce como posibles dueñas de la tierra que trabajan, y que poco a poco van perdiendo en favor de megaproyectos.
Otra dificultad que afrontan es el relevo generacional. “El mismo sistema ha ido haciendo que las jóvenes hayan ido perdiendo la identidad, y quieran hacer lo que se hace en las ciudades, lo que se hace dentro de un sistema capitalista. A las jóvenes les da cierta vergüenza mantener esas costumbres, y cuando marchan afuera y ven que desde afuera se les da valor, vuelven a sentir deseo de volver a acercarse”, advertía Marla.
Proyecto de cooperación internacional
A través del proyecto de cooperación “Mujeres Líderes construyendo en comunidad: autonomía, derechos, sustentabilidad, alianzas y territorio”, SETEM y la AVCD apoyamos la labor de K’inal Antsetik. Una de las próximas acciones contempladas en este proyecto es crear una red de entre 15 y 18 mujeres defensoras, guardianas de la tierra y el territorio. Una red dispuesta a mantener los saberes, los rituales, las danzas, los tejidos y la defensa del patrimonio cultural e intelectual. Un paso más entre los muchos dados hasta ahora para favorecer los derechos individuales y colectivos de las mujeres indígenas en México.