Energía: ladrones más allá de los enchufes

21/enero/2021 | Consumimos violencia, Noticia

SETEM lleva tiempo investigando y denunciando las relaciones entre las violencias machistas y el consumo. En este recorrido, encontramos a Maite como aliada para hacer frente a la Fábrica, que día a día nos pretende moldear a sus necesidades capitalistas, racistas y heteropatriarcales. Con cuidado, porque la Fábrica trabaja cada día para que esas violencias se naturalicen, interioricen y sean asumidas como normales.

Hay que acabar con la Fábrica de Mujeres, y con esa intención investigamos cómo se comporta la Fábrica en varios ámbitos de consumo. El resultado se puede ver en el documental Fabricando Mujeres 2.0. Uno de estos ámbitos es el de consumo energético en los hogares.

Así, descubrimos algunos datos:

  • La pobreza energética genera exclusión y aislamiento social entre los colectivos y personas afectadas por esta problemática. Y son las mujeres, en particular, las que se encuentran más afectadas.
  • Se aborda la pobreza energética desde una perspectiva individual. Invisibilizando el conjunto de estructuras que las genera, y culpabilizando a las personas que la sufren. En el caso de las mujeres, la internalización de la culpabilidad responde a unos mandatos de género que aumentan su vulnerabilidad social y las relegan al ámbito doméstico.
  • Todo ello, deriva a unos impactos en la salud física y emocional, como puede ser el aislamiento social derivado del sentimiento de vergüenza.

Como dice la activista Paca Blanco en Fabricando Mujeres 2.0, “los ladrones en electricidad existen; y no sólo los que pones en el enchufe”. Y es que uno de los grandes tentáculos de la Fabrica son esos oligopolios eléctricos donde deciden qué energía producir y consumir, a qué precio y a costa de qué (naturaleza) y quiénes.

La defensora Lolita Chávez explica que esa energía que produce la Fábrica es “energía desde la explotación y el enriquecimiento ilícito de ciertas corporaciones”, y que ello tiene un “impacto directo sobre nuestro cuerpos”.

Frente a estos tentáculos de la Fábrica, es necesario generar cortes de tensión, que construyan nuevas formas de producir y consumir energía. “Por eso nosotras decidimos defender el territorio tierra y defendemos el territorio cuerpo. Porque este territorio-cuerpo, es el primer territorio de defensa”.

Y es que cómo nos muestran Gares Energía, el poder de cambiar las estructuras del poder está al alcance de los movimientos sociales. Su experiencia es la de una colectividad organizada que ha llevado la solicitud de la transición energética y soberanía energética a la totalidad del ayuntamiento navarro de Puente la Reina, creando y generando su propia energía.

Y es que… sólo se necesita una chispa para que empiece a arder la Fábrica.

Si quieres ser parte de esa chispa, y te encuentras con alguno de esos tentáculos de la Fábrica que quieras denunciar, tuitea con #NosFabrican. Y si quieres ser parte del cambio y dar a conocer alguna alternativa de soberanía energética o transición energética libre de violencias machistas, entra en www.fabricandomujeres.org y envíala al Taller de Maite.

¡Os necesitamos a todas para un golpe de tensión que acabe con la Fabrica!