Desde Senegal nuestra voluntaria Sofía Alorda, ha redactado un articulo en el que destaca el importantísimo papel de las mujeres rurales en el sur del país.
Hoy es un día distinguido, y es que la Asamblea General de la ONU estableció el 15 de octubre como el Día Internacional de las Mujeres Rurales con la intención de reconocer la labor de la mujer en ese ámbito y su contribución en el desarrollo agrícola y rural, la erradicación de la pobreza y la mejora en la seguridad alimentaria. Además, es relevante mencionar que mañana, día 16 de octubre, también se celebra el Día Mundial de la Alimentación, con el claro objetivo de disminuir el hambre en el mundo.
Para mí, como voluntaria en Setem Andalucía y Kakolum ONGD en la zona rural de Casamance (Senegal), este día cobra un sentido especial. Tanto yo como mis compañeras (Mara, Eloy y Celia), hemos tenido la oportunidad de conocer de primera mano cómo viven las mujeres de una de las zonas más rurales de Senegal.
Creemos que para entender la importancia que tienen las mujeres en el desarrollo rural y agrícola, es necesario conocer la situación de discriminación que ellas sufren en lo que respecta a la propiedad, el acceso a los activos agrícolas, la remuneración, la capacidad decisoria, la educación y el acceso al mercado. Esta es una discriminación que encontramos en todo el mundo, pero se acentúa en países del sur, como por ejemplo donde nos encontramos, en la región de Ziguinchor.
Senegal es un país de África Occidental con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) del 0,512 en 2019 (posición 168 de 189 países). Cuenta con una población de aproximadamente 16 millones de habitantes, concentrándose el 56% de la población en el entorno rural, que es justamente donde la incidencia de pobreza se acentúa (57%), presentando ésta en la región de Ziguinchor una incidencia del 66,8%. La zona de Casamance es el territorio más alejado de la capital, Dakar, y aún siendo las materias primas de esta región una de las partes más importantes de la economía nacional, esta zona rural cuenta con muchos menos medios y servicios que las regiones del norte. La zona disfruta de una rica vegetación, tierra fértil y una amplia zona de costa. Sin embargo, los efectos del cambio climático están afectando con una bajada de la capa freática, aumento de la salinidad del suelo, retraso de la llegada de la época de lluvias o la erosión costera. A esto hay que sumarle los factores derivados de la actividad humana, que afectan también gravemente a la degradación del medio.
En cuanto a la situación de la mujer en Senegal, según datos del PNUD, este país cuenta con un índice de desigualdad de género del 0,52. La violencia contra las mujeres, las desigualdades de derechos en el interior del matrimonio y la familia y las normas sociales constructivas y discriminatorias contra el sexo femenino constituyen claros obstáculos para lograr una igualdad efectiva en todos los ámbitos. En Ziguinchor, el papel de la mujer se basa en los cuidados y responsabilidad del núcleo familiar, siendo éstas entre un 12,9% y un 21% cabezas de familia. La economía de estas mujeres se basa, en más del 60%, en los trabajos agrícolas, arborícolas y de ganadería. De hecho, el trabajo agrícola es llevado a cabo mayoritariamente por mujeres, aunque tan sólo el 4% posee un título de propiedad de tierra a nivel individual. Las mujeres residentes en zonas rurales basan su economía en la venta de los productos obtenidos del trabajo agrícola, vendiendo principalmente a pequeña escala en los mercados locales.
Kakolum con la colaboración de Setem Andalucía, ha desarrollado estos últimos años un proyecto, financiado por la Diputación de Granada, que crea las condiciones necesarias para que mujeres de 3 comunidades en Casamance (Djindem, Kabar y Diannah) puedan desarrollar sus trabajos agrícolas con el máximo beneficio, construyendo infraestructuras que faciliten su trabajo y capacitándolas como técnicas de agricultura sostenible para que adapten sus cultivos al cambio climático y aumenten su resiliencia, además de acompañamiento en la producción. Se trata de 3 huertos comunitarios que ya existían previamente, pero en los que faltaban medios para que fueran funcionales. Mediante el proyecto se dota de los recursos necesarios (como por ejemplo, la construcción de pozos), se realizan formaciones y se acompaña la producción.
En este proyecto, se resalta el papel que tiene la mujer como motor de sus comunidades, como creadoras de vida y como pilares para el desarrollo de las zonas rurales de Casamance. De hecho, la agricultura es un medio de subsistencia clave para el bienestar de las familias rurales, asegurando la seguridad alimentaria y nutricional.
En un futuro, Kakolum prevé la creación de un bosque comestible en el pueblo de Diannah formado por tres partes: el jardín, que estaría lleno de árboles frutales, hierbas aromáticas y hierbas medicinales; la zona de huerto, para que las mujeres hortalizas, verduras y legumbres; por último, se reservaría una parte del terreno a un huerto-escuela para que los estudiantes de Diannah puedan aprender desde pequeños el trabajo agrícola. Todo esto se acompañaría de panales de abejas que, alimentándose de las flores del jardín, producirían miel artesanal e incrementarían y mejorarían la biodiversidad del bosque.
Desde el punto de vista de las voluntarias -y aprovechando el Día Internacional de la Mujer Rural- resaltamos el papel que tienen las mujeres rurales en el cuidado y el bienestar de las familias de Casamance, desempeñando un papel clave de apoyo a sus hogares: traen alimentos al hogar y crean beneficios vendiendo una pequeña parte, son las responsables de buscar agua y son también las que cocinan para toda la familia. En definitiva, creemos que las mujeres rurales de esta zona son el mayor motor de la comunidad.
¡Feliz Día Internacional de la Mujer Rural desde Diannah!
Sofía Alorda
Técnica de cooperación en prácticas en Setem Andalucía-Kakolum