Así se titula el informe recién publicado por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo sobre este producto tan presente en nuestras vidas y del que, a su vez, dependen las vidas de más de 25 millones de agricultores y agricultoras en el mundo.
El informe pone de manifiesto que el actual modelo de la industria del café no resulta sostenible ni para el medio ambiente ni para quienes lo cultivan.
En un mercado que genera unos 200.000 millones de dólares al año -el café es el segundo producto primario en volumen comercial después del petróleo-, la desigualdad entre los distintos eslabones de la cadena no deja de acrecentarse. En los últimos años, mientras las empresas tostadoras y distribuidoras generaron 1.177 millones de euros, los productores percibieron únicamente el 4% de las ganancias.
Frente al modelo industrial convencional, los modelos productivos que combinan el Comercio Justo y la agricultura orgánica son los que generan mejores resultados tanto para aumentar los ingresos de los productores y productoras como para conservar modelos agroforestales tradicionales y frenar las consecuencias del cambio climático.
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