Las trabajadoras y los trabajadores de la fábrica Bravo Tekstil en Estambul exigen el pago de los salarios atrasados e indemnizaciones después del cierre repentino de la fábrica en la que se producía para Zara, Nexty Mango.
Estas marcas se niegan a asumir la responsabilidad hacia las 140 personas que produjeronsus prendas de ropa en Bravo Tekstil y que ahora se han quedado sin nada. La cantidad que se les debe es de2.739.281,30 liras turcas (unos 650.000 euros). En el caso de Inditex, la empresa matriz de Zara, constituyemenos del 0,01% de las ventas netas sólo del primer trimestre de 2017.
Después de más de un año de negociaciones, Zara, Next y Mango no han sido capaces de llegar con un acuerdo satisfactorio para compensar la totalidad de las 140 personas empleadas de la fábrica. La oferta planteada por las marcas solo cubriría una cuarta parte de la cantidad debida a las trabajadoras.
Por este motivo 140 personas ex empleadas de la fábrica y el sindicato decidieron lanzar una peticiónde firmas por internet solicitando el apoyo de la ciudadanía para conseguir que les paguen lo que lesdeben.
“Exigimos lo que es legítimamente nuestro. Solo exigimos la compensación por nuestro trabajo. Eso estodo, nada más “, dice Yeliz Kutluer, una joven madre y antigua trabajadora de la fábrica.
Los cierres repentinos de las fábricas no son infrecuentes en la industria de ropa, en la que la competencia es feroz y el capital flexible. En las cadenas de suministro globales, el poder se concentra en la parte alta,donde grandes marcas como Zara, Next y Mango obtienen elevados beneficios y tienen mucho poder sobre las fábricas que compiten por sus pedidos.