Muchos de los productos que consumimos y disfrutamos a diario están elaborados con trabajo infantil. Así de claro y contundente. Quizás pensabas que esta lacra era algo del pasado, pero lamentablemente no es así.
Hoy día, según datos de la Organización Internacional del Trabajo y de UNICEF, más de 160 millones de niños y niñas trabajan, el 70% en labores agrícolas.
En el caso del cultivo del cacao, como nos recuerda la Coordinadora Estatal del Comercio Justo en Ghana y Costa de Marfil 1,5 millones de niños y niñas trabajan en la producción de cacao, utilizando herramientas peligrosas, expuestos a plaguicidas nocivos, transportando cargas pesadas o utilizando fuego para limpiar la maleza.
Lo que decidimos consumir, y lo que no, nos puede poner en contacto con esta oscura realidad. Un gesto tan sencillo como elegir un chocolate comercializado por una multinacional o un chocolate de Comercio Justo, marca una gran diferencia, y es una forma sencilla y directa de combatir el trabajo infantil y no ser cómplices de esta situación. (Si te interesa saber más acerca de lo que esconde el cacao, te recomendamos nuestro post “Cacao de Comercio Justo: ¡que a nadie le amargue un dulce!”
Conocer lo que hay detrás de cada producto que compramos nos permite ser conscientes del tipo de mundo que favorecemos con nuestras compras. En SETEM estamos deseando contarte todo lo que quieras saber sobre nuestro trabajo en Comercio Justo. Hoy 12 de junio, Día Mundial contra el Trabajo Infantil, nos parece un buen día para recordártelo.
