Estos días se está celebrando en Glasgow la COP-26, Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Las principales organizaciones de Comercio Justo hacemos un llamamiento a la reflexión y a la urgencia de considerar que no hay justicia climática sin justicia comercial y social.
Aunque todas las personas estamos afectadas por los efectos de la crisis climática, no todas los sufrimos en la misma medida.
El cambio climático no es justo, impacta en mayor medida en las poblaciones rurales que viven de la agricultura y que ya de por sí se encuentran en una situación de vulnerabilidad y pobreza.
Las pequeñas organizaciones agrícolas, que producen el 70% de la alimentación mundial, deben ser parte de la solución a la crisis climática. Desempeñan un papel vital en la alimentación del mundo, y lo hacen de forma sostenible. Sus voces deben ser escuchadas y sus preocupaciones deben ser tenidas en cuenta.
La profunda desigualdad surgida de un modelo comercial obsoleto e injusto que perjudica por igual a las personas y al planeta, con la actual pandemia de COVID, se hace más visible. La necesidad de acabar con las marcadas desigualdades estructurales globales y de reconstruir nuestro sistema económico de forma socialmente justa y respetuosa con el planeta es cada vez más urgente.
Te invitamos a leer el manifiesto que respaldamos desde Federación SETEM, como miembros de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, en el que se recogen nuestras demandas a los gobiernos e instituciones.