Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, desde SETEM alzamos nuestra voz para situar la defensa de los derechos de las mujeres en el lugar que le corresponde.
En un contexto global enormemente complejo, en el que el crecimiento económico se pretende conseguir a costa de la salud y el bienestar de las personas y el planeta, las mujeres y las niñas son las que más sufren los daños colaterales del desarrollo.
Los últimos datos publicados por ONU Mujeres y la OIT hablan por sí solos:
- Si se mantienen las tendencias actuales, más de 342 millones de mujeres y niñas podrían vivir en pobreza extrema en 2030
- Las mujeres dedican aproximadamente tres veces más tiempo al trabajo de cuidados no remunerado que los hombres (Si a estas actividades se les asignara un valor monetario representarían más del 40% del PIB)
- Las mujeres padecen una mayor inseguridad alimentaria que los hombres. La brecha de género en relación con la inseguridad alimentaria ha pasado del 1,7 por ciento en 2019 a más del 4 por ciento en 2021
- Se calcula que, en todo el mundo, un 73,5% de las mujeres trabajadoras asalariadas carece de acceso a la protección social
Frente a esta realidad, es necesario seguir trabajando en alternativas que sitúen los derechos de las mujeres en el centro. La violencia contra las mujeres es sistémica, y también se esconde en la complejidad de las largas cadenas de valor de los productos que consumimos. Desde SETEM, creemos que tenemos que continuar visibilizando estas violencias, y exigir responsabilidades tanto a las empresas como a los gobiernos. También es esencial continuar avanzando hacia la economía social y solidaria; una economía inclusiva, que pone las personas en el centro, que reparte la riqueza generada, que respeta los derechos humanos.
Desde la Campaña Ropa Limpia, que coordinamos a nivel estatal, ponemos el foco en la realidad que viven las mujeres trabajadoras de la industria de la confección.
Se calcula que de las 60 millones de personas trabajadoras que impulsan esta industria el 80% son mujeres, y la inmensa mayoría trabaja en condiciones deplorables: jornadas extenuantes y mal pagadas, poca seguridad laboral…
Además, aparte de su trabajo en las fábricas las mujeres soportan la carga del trabajo doméstico y el cuidado sus familias, con lo que a menudo tienen poco tiempo para luchar de forma organizada por sus derechos.
Desde SETEM trabajamos para defender sus derechos y denunciar la realidad en la que viven.
También, como organización miembro de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, desde SETEM ponemos en valor esta alternativa comercial que asegura la igualdad salarial y de oportunidades para hombres y mujeres, y que es clave para conseguir avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En SETEM, este 8 de marzo nos unimos en solidaridad con millones de mujeres en todo el mundo convencidas de que para alcanzar un mundo justo y en paz es necesario trabajar día a día colocando la defensa de los derechos de las mujeres en el centro.
Hoy y cada día, ¡SETEM feminista!